El legado de Maza debe prevalecer
La Fiscalía hace bien en seguir la senda abierta por el difunto José Manuel Maza, quien desde su puesto de fiscal general del Estado se mantuvo firme en la petición de prisión incondicional para Oriol Junqueras. El Ministerio Público, por tanto, ha de insistir en esa fórmula por mucho que Junqueras y el resto de golpistas encarcelados intenten soslayar el peso de la ley a base de excusas y recursos vanos. Tanto el líder de ERC como Turull y Rull —que han pedido acogerse a la ‘vía Forcadell’— persistieron en su desafío al Estado, en su ataque a la Constitución y en su voluntad de subvertir la legalidad vigente.
Si quieren asemejarse a Carme Forcadell y salir de prisión bajo fianza, deberán hacer como ella y reconocer que aceptan la aplicación del artículo 155 de la Carta Magna además de asegurar que no volverán a impulsar una declaración unilateral de independencia. Algo que se antoja casi imposible si tenemos en cuenta que estamos a un mes exacto de unas elecciones autonómicas que los sediciosos vuelven a plantear, incorregibles, como una suerte de nuevo referéndum por la independencia. Por lo tanto, si Oriol Junqueras, Jordi Turull o Josep Rull acataran la legalidad vigente ante el Alto Tribunal, serían tachados de traidores de manera automática por sus propios votantes. Aunque lo hicieran de un modo falaz, como hizo la propia Forcadell para librarse del presidio, supondría una grieta en el viaje independentista a ninguna parte.
Cualquier duda o cesión sería interpretada como un síntoma de debilidad por parte de su electorado y, por ende, pondría en solfa el objetivo supremo de estos kamikazes institucionales: partir España en dos y hacerse con el poder omnímodo en Cataluña por mucho que ello suponga la ruina de la inmensa mayoría de los catalanes. Ni se inmutan a pesar de la huida masiva de empresas, la negativa de la Unión Europea a cualquier tipo de reconocimiento o la renuncia de instituciones como la Agencia Europea del Medicamento a radicar su sede en Barcelona con la evidente y gravísima merma de puestos de trabajo e inversiones para la región. La Fiscalía, por tanto, no debe dar una sola facilidad a los golpistas ahora que se encuentran entre la espada y la pared. Ha de perseverar en el criterio de Maza: cárcel o cambio de postura jurídica, ya que además está el evidente riesgo de fuga. Ahí está el ejemplo del huido Puigdemont.